10 años pidiendo ¡JUSTICIA!

viernes, 12 de diciembre de 2014

La Diaria

En tinieblas

A cuatro años de la desaparición de Nadia Cachés, no hay avances en la investigación.

El voluminoso expediente está en presumario y sin despejar muchas de las preguntas surgidas aquel 13 de diciembre de 2010, último día en que se vio con vida a Nadia Cachés, una chica de 20 años oriunda de la ciudad de Canelones. El único -y más triste- giro en la investigación se dio el 21 de abril de 2012, cuando su cuerpo apareció, sin vida, en un campo que estaba siendo desmalezado en la zona de Margat, entre Canelones y Santa Lucía. El hallazgo se dio fortuitamente, al margen de la investigación policial y judicial que sigue sin despejar la pregunta principal: ¿cómo murió?

“El cuerpo apareció al año y algo y no tenía signos de violencia concreta, no se pudo establecer si murió de un disparo de arma, si fue asfixiada; no se encontró ningún elemento que hiciera suponer una agresión”, explicó a la diaria Alicia Schiappacasse, responsable de la Fiscalía Letrada Departamental de Canelones de 1º Turno. “Tampoco se puede descartar, aunque parece ridículo, pensar en un suicidio”, añadió la fiscal, que de acuerdo a los elementos recogidos considera que Nadia “era una persona llena de ganas de vivir”.

Entre despistes

El grupo Buscando a Nadia, compuesto por amigos y familiares, durante meses organizó cada día 13 movilizaciones en Canelones y también en Montevideo pidiendo justicia. Mañana volverán a estar en la plaza principal de la ciudad canaria, a las 19.30. Los integrantes del grupo descartaron desde un comienzo que se estuviera ante un caso de suicidio, que era una de las hipótesis impulsadas por el padre de Nadia, Roberto Cachés, quien alternaba esa posibilidad con la idea de que se hubiera ido del país “atraída por un galán”. Pero Nadia tenía muchos planes concretos y auspiciosos, como independizarse, montar un taller de serigrafía y mudarse a Montevideo al año siguiente para seguir sus estudios de Filosofía.

Su bicicleta -en la que se trasladaba aquel 13 de diciembre- y su mochila aparecieron en el arroyo Canelón Grande, que atraviesa Margat. El padre señaló que podía estar en ese lugar por considerarlo “propicio para fechorías” y argumentó también que una vidente le había indicado ese sitio. La Policía buscó en la zona pero no halló el cuerpo, que terminó apareciendo 16 meses después dentro de un radio de dos kilómetros, cruzando la ruta. La fiscal opinó que “hubo un despiste o se quiso despistar” con la aparición de sus pertenencias. “Todas las expectativas que teníamos se diluyeron”, dijo la fiscal sobre un caso que “tomó varias puntas” sin llegar a ningún lado.

Lilián Juncal, del grupo Buscando a Nadia, afirmó a este medio que el caso se trabajó “mal desde el principio”, ya que “se pensó que se había ido por su propia voluntad y la Policía trabajó con ese convencimiento y hubo muchas omisiones”. El grupo habla de pruebas que nunca se buscaron y de despistes que salpican a las autoridades. En setiembre de 2011 un jerarca de Interpol declaró enCanal 4 que podía haber elementos que llevaran a pensar que “Nadia pudiera, eventualmente, haber salido del país” y mencionó países como España, Francia e Italia; en aquel momento, el grupo se contactó de inmediato con autoridades del Ministerio del Interior, quienes confirmaron que no había datos de eso. El grupo pidió a Interpol una rectificación, cosa que nunca ocurrió.

El abogado Gustavo Salle ofició como defensor del padre de Nadia. En diálogo con la diaria comentó que acompañó a Cachés a declarar porque era señalado por algunas personas como responsable. Salle aseguró que Cachés “dio las coartadas corroborables que lo descartan como sospechoso” y que desde ese momento la investigación siguió por otras líneas. El grupo acusa que en la tardecita que aparecieron los restos, la familia paterna extrajo algunos huesos, cosa que no debería haber ocurrido por estar bajo guardia policial. Salle confirmó que los huesos fueron trasladados, pero alegó que “la prueba científica no se vio alterada”.

Schiappacasse pidió que declare ante el juez el jerarca del Departamento de Homicidios de la Jefatura de Policía de Canelones. Aparentemente, la Policía afirma que no hay novedades, pero la fiscal sostiene que eso debe quedar asentado en el expediente. El caso está en el Juzgado Letrado de 1ª Instancia en lo Penal de 1º Turno de Canelones; el caso era llevado por la jueza María Noel Odriozola, que en setiembre fue ascendida, y asumió el puesto el juez Luis Alberto Sobot. la diaria intentó, sin éxito, comunicarse con él. “Esperamos que se vuelva a estudiar el expediente, una mirada nueva puede hacer que encuentre algo. La única forma de saber qué pasó es volviendo a revisar todo”, manifestó Juncal, que también apeló a quien sepa algo y no haya hablado, lo diga.

Amanda Muñoz